Blanco y rojo
Hace falta estar ciego, la obra sigue.
Una estrofa en cada duna, en constante escritura.
Tiempo, sol insolente y viento sin memoria.
Eternidad de arenas como renglones en el desierto.
Intenso, blanco,... como de paz.
Duro, rojo,... como de sangre.
El viejo espejismo de la tierra prometida.
Quizá sin saberlo, la senda se dibuja cada día.
Como si cada grano de arena tuviera un tiempo
ajeno al cansado caminar del beduino, de su sombra y sus camellos.
Intenso, blanco,... como de libertad.
Duro, rojo,... como de dolor.
La vida es desierto, una sed de oasis continua,
buscando el amor que se escapa irremediable
de las curtidas manos abiertas
como el tiempo entre silencios.
Intenso, blanco,... como de luz.
Duro, rojo,... como de oscuridad.
Hace falta estar ciego para no verlo.
Que este infierno blanco y rojo, enamora.
La noche, la calma y la oscuridad dejarán ver las estrellas
y con ellas, quizá el oasis en tu mirada.
Intenso, blanco,... como de amor.
Duro, rojo,... como de espera.
Abuelohara.
Una de las atracciones de los "7 días en Jordania", sin duda ha sido el desierto de "Wadi Rum". Es conocido por diferentes nombres, el "Valle de la Luna", el "Desierto rojo" o el "cauce seco y elevado" en arameo. El desierto más conocido en occidente por la historia del oficial británico Lawrence que hemos podido contemplar como una de las más interesantes etapas de nuestro viaje.
Las finas arenas rojas dejan paso a enormes e impresionantes formaciones rocosas que no dejaran quietas tus emociones. El calor del día o la tranquilidad de las noches de estrellas son un lujo y un placer para los sentidos. Nunca pensé que un paisaje tan duro y desolado pudiera ser tan bello, así que aquí estoy con un nuevo Poema y una fotografía para ti.
Espero que te guste.
También te dejo un enlace al eBook que te puedes descargar gratis en el enlace.