El régimen nazi que gobernó Alemania entre 1933 y 1945 acabó con la vida de casi diez millones de personas de los que seis millones eran judíos. También fueron masacrados otros grupos considerados enemigos del Tercer Reich, gitanos, colectivos LGTBI, asociales, discapacitados y opositores políticos. Entre los adversarios políticos de los fascistas estaban claramente señalados los republicanos españoles.
Cuando el ejercito franquista vence en la Guerra Civil, los republicanos españoles se exilian a Francia y es entonces cuando la historia de sus vidas se entrelazan con las de millones de judíos y víctimas del nazismo en los campos de concentración y exterminio. La exposición "Mauthausen: memorias compartidas" está organizada por El Centro Sefarad-Israel con la finalidad de dar a conocer y reflexionar sobre estos desgraciados lazos de unión entre judíos y republicanos españoles..
Quiero creer que la difusión de esta parte negra de nuestra historia contribuye a la construcción de una memoria que no nos permita cometer errores similares en el futuro. Muchas de las víctimas que sobrevivieron formularon la promesa de continuar luchando contra el fascismo y honrar así a todas las víctimas. La exposición pretende, además, contribuir a la construcción de la memoria de los acontecimientos vinculados a la deportación y rescatar del olvido y homenajear a las personas que la sufrieron.
Que este artículo sirva para la contribución en la difusión de su mensaje y la historia de lo acontecido en el campo de concentración y exterminio de Mauthausen, destino final de la mayor parte de los republicanos españoles. Que esta exposición "Mauthausen: memorias compartidas" cimente en la conciencia colectiva y nada parecido a esto vuelva a suceder.
La primera visita al Centro Sefarad Israel la realizamos en una actividad del Club Camera Obscura para ver la exposición sobre Auschwitz-Birkenau. La fotografía representa una parte absolutamente fundamental en la documentación del exterminio y en Mauthausen el autor de las imágenes más relevantes fue español. Francesc Boix , el fotógrafo de Mauthausen (Barcelona 1920 - París 1951).
En la exposición podrás ver una buena cantidad de información sobre él y muchos otros españoles entre los que se encuentran también Antonio García Alonso y José Cereceda Hijes. Entre los tres consiguieron esconder los negativos que años después junto a sus declaraciones, sirvieron para condenar a los monstruos nazis encausados en los Juicios de Núremberg y Dachau.
"Entre los meses de enero y febrero de 1939, cerca de medio millón de personas cruzaron los Pirineos camino del exil1o ante el inminente triunfo de las tropas franquistas en la Guerra Civil. El gobierno francés improvisó su acogida en campos de prisioneros bajo unas condiciones de vida inhumanas. Muchos fallecieron por desnutrición o tras contraer enfermedades. Presionados por las autoridades francesas, un contingente numeroso regresó a España, mientras que otros consiguieron emigrar a un tercer país o encontrar un trabajo. El resto optó por alistarse al ejército francés - en la Legión Extranjera, en los Regimientos de Marcha de Voluntarios Extranjeros o en las Compañías de Trabajadores Extranjeros-• Unos 60.000 españoles formaron parte de estas compañías que fueron destinadas al norte de Francia para trabajar en la fortificación de la frontera y en la construcción de infraestructuras.
De los cerca de 10.000 deportados españoles, alrededor de 7.500 lo fueron a Mauthausen. Por su parte, la mayoría de los judíos deportados a Mauthausen lo fueron en 1944, procedentes de Hungría y en 1945, trasladados desde el campo de Auschwitz-Birkenau, tras las terribles Marchas de la Muerte.
Tras la liberación del campo de Mauthausen, mientras los supervivientes eran repatriados a sus países de origen, nadie se ocupaba de los 2.500 republicanos cuya última situación personal había sido la de exiliados en Francia tras huir de la España franquista. Finalmente fueron repatriados a Francia y la mayoría rehízo su vida allí. Una pequeña parte decidió regresar a España a pesar de que su porvenir no era fácil por las represalias a que podían enfrentarse. Todos, independientemente del lugar donde se establecieron, tuvieron que rehacer sus vidas y afrontar las secuelas físicas y psíquicas derivadas de la deportación. Desde entonces, para la mayoría, el deber de recordar estuvo muy presente en sus vidas y en las de sus familiares." (Textos de la exposición).