Hay muchas razones por las que Jordania se convierte en un destino a tener muy en cuenta. Una de ellas es que tiene una buena red de carreteras principal que permite recorrer el país con comodidad, ya sea por libre o en grupo. Otra muy buena razón es que Jordania es el país más estable, seguro y progresista de todo Oriente Medio.
Pero la más importante es que ofrece tres de los destinos más atractivos y únicos del mundo: la fascinante "Petra", una de las siete maravillas de mundo, el sorprendente y a la vez divertido "Mar Muerto" y el hermoso y espectacular desierto rojo del "Wadi Rum". Todo un sueño para los amantes de los misterios y los tesoros de la antigüedad.
En nuestro viaje recorremos el país de norte a sur. Nabateos, ammonitas, romanos o bizantinos lo hicieron antes que nosotros y vamos a recorrer un buen número de kilómetros desde Ammán hasta Petra por el Camino de los Reyes. Un trayecto de más de 5000 años de antigüedad, convertido en pavimento por deseo del emperador Trajano, que ahora es una muy buena carretera de varios carriles por sentido que sigue creciendo y ampliando sobre su trazado original.
Esta vez nuestro viaje es en grupo. Confiamos su organización a Bidtravel, que como en otras ocasiones antes, responde a las expectativas marcadas con enorme profesionalidad desde el primer momento. Desde Madrid-Barajas volamos con destino Amman haciendo escala en Estambul, la ciudad entre dos continentes, de la que guardo preciosos recuerdos. Los trámites de aduana y traslado al hotel, sin problemas y después de descansar unas horas en el hotel Ammán Cham Palace, comenzamos nuestros "7 días en Jordania", uno de los sueños para quien ama los misterios y tesoros de la Antigüedad.
Jerash (Gerasa) está a 42 Km al norte de Ammán y es una de las ciudades romanas mejor conservadas y más espectaculares de Oriente Próximo, siendo comparadas por muchos con la "Ciudad antigua de Éfeso" en Turquía y con frecuencia llamada "la Pompeya de Asia". Su mayor esplendor fue en el siglo II cuando alcanzó entre 20 y 25 mil habitantes. Aún se está descubriendo desde 1806 y su restauración comenzó hace relativamente poco, en 1925.
Es un destino magnifico y sin aglomeraciones. Nosotros entramos por el Arco de Adriano que era la puerta principal utilizada para los visitantes importantes. El paseo durará por lo menos de tres a cuatro horas y tienes que tomarlo con calma y hacer algún descanso ya que el yacimiento romano es enorme. Vais a pasear por las calles flanqueadas por columnas y admirar impresionantes construcciones muy bien conservadas.
Te llamarán la atención el Templo de Artemisa, la Plaza Oval, o los Teatros y verás preciosas avenidas como el Cardus máximus y Decumanus Norte y Sur e impresionantes monumentos como Ninfeo, Ágora, Odeón, el Templo de Zeus o los Propileos. Algunas zonas me recuerdan las "Ruinas de Volubilis", la ciudad romana próxima a Meknes en el norte de Marruecos.
Pero, sin lugar a dudas, los dos enclaves que más llamaron mi atención, fueron el Arco de Adriano que manifiesta con claridad la pompa y el esplendor del imperio romano con sus 13 metros de altura, y desde luego el Templo de Artemisa, la diosa de la caza y la fertilidad e hija de Zeus y Leto. De sus 12 columnas corintias, 11 siguen en pie delicadamente talladas desafiando al cielo.
Aquí te dejo algunas fotografías más:
De camino a Jerash, es obligatoria la parada en Qalaat ar-Rabadh (el castillo de Ajlun), una fortaleza ayubí del siglo XII situada en la cima de una colina junto al pueblo de Ajlun que está bien conservada y permite hacernos una idea de como eran las construcciones militares islámicas. Una de sus curiosidades es que el foso seco de 15 metros de profundidad que lo protege está excavado en la roca.
Dentro hay un buen número de estancias muy bien conservadas y desde su terraza siempre llena de visitantes, se puede ver una buena panorámica del los tres ríos que bañan el Valle del Jordán. El castillo servía de baliza y enlace entre Damasco y El Cairo utilizando palomas mensajeras que recorrían esa distancia en un solo día.
El Castillo de Ajlun está construido sobre el monte Auf, por un general de Saladino. Desde allí dominó ese territorio durante más de 1000 años, formando parte importante en la estrategia defensiva contra los cruzados. Después de esa amenaza los invasores mongoles lo destruyeron para ser de nuevo levantado por los mamelucos.
Para acceder hay que subir una empinada cuesta de unos tres kilómetros desde el pueblo y los vehículos o autocares se quedan en el centro de visitantes y la taquilla que está a 500 metros. A mitad de camino en lugar estratégico hay un pequeño puesto de té a la menta con algunas sillas a la sombra, que atienden dos hombres con atuendos típicos, donde podéis hacer una parada.
Te llamarán la atención el Templo de Artemisa, la Plaza Oval, o los Teatros y verás preciosas avenidas como el Cardus máximus y Decumanus Norte y Sur e impresionantes monumentos como Ninfeo, Ágora, Odeón, el Templo de Zeus o los Propileos. Algunas zonas me recuerdan las "Ruinas de Volubilis", la ciudad romana próxima a Meknes en el norte de Marruecos.
Pero, sin lugar a dudas, los dos enclaves que más llamaron mi atención, fueron el Arco de Adriano que manifiesta con claridad la pompa y el esplendor del imperio romano con sus 13 metros de altura, y desde luego el Templo de Artemisa, la diosa de la caza y la fertilidad e hija de Zeus y Leto. De sus 12 columnas corintias, 11 siguen en pie delicadamente talladas desafiando al cielo.
Aquí te dejo algunas fotografías más:
De camino a Jerash, es obligatoria la parada en Qalaat ar-Rabadh (el castillo de Ajlun), una fortaleza ayubí del siglo XII situada en la cima de una colina junto al pueblo de Ajlun que está bien conservada y permite hacernos una idea de como eran las construcciones militares islámicas. Una de sus curiosidades es que el foso seco de 15 metros de profundidad que lo protege está excavado en la roca.
Dentro hay un buen número de estancias muy bien conservadas y desde su terraza siempre llena de visitantes, se puede ver una buena panorámica del los tres ríos que bañan el Valle del Jordán. El castillo servía de baliza y enlace entre Damasco y El Cairo utilizando palomas mensajeras que recorrían esa distancia en un solo día.
El Castillo de Ajlun está construido sobre el monte Auf, por un general de Saladino. Desde allí dominó ese territorio durante más de 1000 años, formando parte importante en la estrategia defensiva contra los cruzados. Después de esa amenaza los invasores mongoles lo destruyeron para ser de nuevo levantado por los mamelucos.
Para acceder hay que subir una empinada cuesta de unos tres kilómetros desde el pueblo y los vehículos o autocares se quedan en el centro de visitantes y la taquilla que está a 500 metros. A mitad de camino en lugar estratégico hay un pequeño puesto de té a la menta con algunas sillas a la sombra, que atienden dos hombres con atuendos típicos, donde podéis hacer una parada.
MONTE NEBO y MÁDABA
El Monte Nebo (al-Siyaghá) es el lugar donde al parecer Moisés vio la Tierra Prometida, a la que tuvo prohibida la entrada. Dicen que en algún lugar próximo, fue enterrado después de morir a la edad de 120 años. Veréis un mirador desde donde se alcanza a ver, si la bruma lo permite, la antigua Galaad, Judá, Jericó y el Néguev, los altos del Golán en Jerusalén a tan solo 45 kilómetros, los territorios Palestinos, Israel y por supuesto el Mar Muerto.
No tiene perdida porque junto al mirador hay una escultura de hierro en forma de cruz. Simboliza el sufrimiento y la muerte de Jesús en la cruz y la serpiente que Moises vio en el desierto. Desde allí se puede acceder a una modesta iglesia Conmemorativa de Moisés, del siglo VI que guarda algunos de los mejor conservados mosaicos del país desde el año 530. Escenas de caza, fauna y otras en un pequeño museo donde se explica la historia del lugar.
Un buen número de personas de todo el mundo que se acercan al Monte Nebo, no lo hacen movidos por la cultura sino por su religión. Para los cristianos, esta región inspira su fe. Éste es el lugar en el que Dios se comunicó con el hombre por primera vez. Es la Tierra Santa en la que Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés, donde Job sufrió y fue recompensado por su fe, donde Jesús fue bautizado por Juan y donde Jacob luchó contra el ángel de Dios. Cada uno tienes sus motivo y razones para el recuerdo de estos rincones de nuestros "7 días en Jordania".
Antes de salir de esta zona y seguir camino a Petra, hay que visitar la cercana Mádaba, conocida por “la ciudad de los mosaicos”, por reunir en sus iglesias y museos la mayor colección de mosaicos del país. La visita estrella del lugar es la Iglesia ortodoxa de San Jorge, conocida como “Iglesia del Mapa” por conservar el mapa más antiguo de Palestina. En esta ciudad vive una de las mayores comunidades cristianas de Jordania.
Una ciudad amable y tolerante donde los musulmanes llaman a la oración antes del amanecer y las campanas a los cristianos con el primer rayo de sol. Aquí nos compramos un pañuelo jordano después de regatear un buen rato con un simpático comerciante que nos lo colocó al modo tradicional. La ciudad tiene varios puntos de interés en el barrio antiguo, pero no tuvimos tiempo nada más que para la Iglesia de San Jorge.
Primero nuestro guía Sayel nos instruyó con una clase de historia y geografía de la época en el mapa al efecto que hay dentro del centro de interpretación, para después ya en el interior de la iglesia saber interpretar el mosaico real; este mismo lugar sirve de taquilla y tienda donde venden copias del mapa y reproducciones de iconos ortodoxos.
En el exterior hay otros dos enormes mapas para que los guías puedan igualmente instruir sobre su pasado, pero no cuentan con aire acondicionado y medios como el del interior. Ya en el interior se puede observar perfectamente el oficialmente el mapa más antiguo de Tierra Santa, que fue descubierto en 1894 cuando se reconstruía la Iglesia de San Jorge.
Ya en la carretera a las afueras de Mádaba paramos en una fábrica de mosaicos donde personas con alguna discapacidad elaboran obras de un gran valor. Después de un rato observando las explicaciones que ellos mismos dan sobre sus trabajos y las preciosas obras que realizan, continuamos nuestro viaje con destino Petra. Aún nos quedaban algunas sorpresas para completar la jornada.
SHOBAK y SIQ AL BARID
Entre un buen número de montañas de piedra blanca, se levanta el "Castillo de Shobak" en un emplazamiento espectacular. En lo alto de ese cerro debería ser inexpugnable, controlando todo su entorno y vigilando desde esa atalaya natural, pero solo 75 años después de su construcción la fortaleza cayó en manos de Saladino tras un sitio que duró 18 meses. En la base de la montaña está el centro de visitantes. Desde allí partimos andando.
Llegamos a una hora en la que el sol pegaba de lleno, así que sombrero, agua y buen protector solar para subir hasta arriba. Nos marcamos un tiempo concreto para la visita, ya que al final de la tarde queríamos visitar la pequeña Petra y dejar así el día siguiente completo para la mayor. Una hora en subir y bajar, visitando un buen número de pasillos y estancias muchas de ellas semiderruidas aunque su construcción es imponente.
Antes de entrar al castillo hay una pequeña iglesia reconstruida. La construcción es enorme y son muchos los distintos espacios a recorrer. Incluso tiene algún pasadizo visitable que ni intentamos encontrar ya que no teníamos ni linterna ni tiempo. El castillo tiene varias torres de vigilancia, un enorme patio, una iglesia interior, una zona de mercado y una prisión. Durante la bajada vimos algunas lápidas y tumbas al borde del camino.
Antes de salir de Madrid hacia Jordania, nuestra"Siq Al Barid" también conocida como la pequeña Petra, antes que la antigua ciudad excavada de Petra, de ese modo la atención, el encanto y la majestuosidad crecería. Sayel era de la misma opinión y de camino nos propuso visitar a última hora de la tarde la pequeña Petra. Tuvimos la oportunidad de visitar el lugar con muy poca gente y ver el atardecer en las montañas de Petra. Un gran acierto de nuestro guía.
amiga Ilu nos advirtió de lo interesante que era visitar
Siq Al Barid (Cañón frio) es un sendero bien marcado de unos 400 metros de longitud y varios tramos anchos y llanos en los que se observan algún templo y los triclinios o espacios ganados a la roca que probablemente se utilizaron de comedores para los mercaderes y viajeros. Hay que hacer varias paradas sin falta, una de ellas en la casa pintada a la que se accede por unos escalones y donde se pueden observar frescos en los techos como raros ejemplos de pintura nabatea.
Durante todo el recorrido hay pequeños puestos de artesanía y souvenirs y ya al final en la zona menos visitada y accesible, algunos pequeños huecos en la roca sirven de vivienda para los beduinos que permanecen con su mercadito en el lugar.
Al final el cañón se estrecha tanto que dificulta el paso de una persona y hay unos escalones a los que se accede con mucha dificultad y un cartel a modo de reto que dice "Las mejores vistas del mundo". Son muy pocas personas las que acceden a él y nosotros cumplimos el reto. El final se puede ver en un vídeo aquí.
Llegamos a una hora en la que el sol pegaba de lleno, así que sombrero, agua y buen protector solar para subir hasta arriba. Nos marcamos un tiempo concreto para la visita, ya que al final de la tarde queríamos visitar la pequeña Petra y dejar así el día siguiente completo para la mayor. Una hora en subir y bajar, visitando un buen número de pasillos y estancias muchas de ellas semiderruidas aunque su construcción es imponente.
Antes de entrar al castillo hay una pequeña iglesia reconstruida. La construcción es enorme y son muchos los distintos espacios a recorrer. Incluso tiene algún pasadizo visitable que ni intentamos encontrar ya que no teníamos ni linterna ni tiempo. El castillo tiene varias torres de vigilancia, un enorme patio, una iglesia interior, una zona de mercado y una prisión. Durante la bajada vimos algunas lápidas y tumbas al borde del camino.
Antes de salir de Madrid hacia Jordania, nuestra"Siq Al Barid" también conocida como la pequeña Petra, antes que la antigua ciudad excavada de Petra, de ese modo la atención, el encanto y la majestuosidad crecería. Sayel era de la misma opinión y de camino nos propuso visitar a última hora de la tarde la pequeña Petra. Tuvimos la oportunidad de visitar el lugar con muy poca gente y ver el atardecer en las montañas de Petra. Un gran acierto de nuestro guía.
amiga Ilu nos advirtió de lo interesante que era visitar
Siq Al Barid (Cañón frio) es un sendero bien marcado de unos 400 metros de longitud y varios tramos anchos y llanos en los que se observan algún templo y los triclinios o espacios ganados a la roca que probablemente se utilizaron de comedores para los mercaderes y viajeros. Hay que hacer varias paradas sin falta, una de ellas en la casa pintada a la que se accede por unos escalones y donde se pueden observar frescos en los techos como raros ejemplos de pintura nabatea.
Durante todo el recorrido hay pequeños puestos de artesanía y souvenirs y ya al final en la zona menos visitada y accesible, algunos pequeños huecos en la roca sirven de vivienda para los beduinos que permanecen con su mercadito en el lugar.
Al final el cañón se estrecha tanto que dificulta el paso de una persona y hay unos escalones a los que se accede con mucha dificultad y un cartel a modo de reto que dice "Las mejores vistas del mundo". Son muy pocas personas las que acceden a él y nosotros cumplimos el reto. El final se puede ver en un vídeo aquí.
Esta es una de las razones fundamentales para ir a Jordania. Ya vimos el esplendido "Taj Mahal" en nuestro viaje a la India. Petra es otra de las "Nuevas Siete Maravillas del Mundo", uno de los lugares Patrimonio Mundial de la Unesco mas apreciados. Cuando fue redescubierta por JL Burckhardt en el siglo XX había que ir disfrazado, hablar el dialecto local y ganarse la confianza de las tribus de la zona. Ahora los visitantes somos muy bien recibidos por los beduinos de Petra y los habitantes de Wadi Musa
La mayoría de alojamientos próximos a Petra están en la ciudad próxima de Wadi Musa. Nosotros pasamos dos noches en el Hotel Petra Panorama, que está construido a las afueras en una ladera y tiene unas vistas privilegiadas sobre las montañas de Áqaba y el valle de Petra con unos amaneceres y atardeceres de impresión.
Petra, la ciudad rosa del desierto, está a poco más de cuatro horas en coche desde Ammán y merece como mínimo un día completo para su visita. Puedo deciros que hicimos ese día más de 25 km a pie para recorrerla en su totalidad hasta llegar a Al-Deir (el Monasterio) y volver. Agua, protección solar, un buen sombrero y calzado para recorrer la ciudad fundada por los nabateos en el siglo IV a.C. donde se han registrado más de 800 lugares en las que se incluyen 500 tumbas.
En el Centro de Visitantes podéis haceros con un mapa gratuito con una breve historia de la ciudad antigua de Petra en español y comprar vuestras entradas. A partir de ahí tres kilómetros al corazón de la ciudad. Nosotros recorrimos completo el sendero principal con los lugares más significativos, parando a comer un picnic en uno de los varios restaurantes de su interior. Puedes elegir el modo en que recorres Petra y puedes hacerlo por tramos en caballo, calesa, camello o a pie, esta última opción es la más económica, la más cansada y la que nosotros elegimos.
Los nabateos tenían la costumbre de enterrar a sus difuntos en tumbas intrincadas que tallaban en las laderas de las montañas del desierto, pero la ciudad también tiene templos, un teatro, edificios de la época romana y bizantina, iglesias, etc. Toda una maravilla que merece conocer a fondo y que hará que tus "7 días a Jordania" sean inolvidables.
Algunos recuerdos han vuelto conmigo y en este lugar, al igual que hice en Las Ruinas de Troya, pude comprar un libro con historia. En una de las cuevas que los beduinos ocupan como pequeñas
tiendas, un hombre nos ofreció el libro "Casada con un beduino" de Marguerite van Geldermalsen.
Aquel hombre resultó ser el hijo del matrimonio de la autora con un beduino que conoció durante su visita a Petra y motivo del libro. El precio era similar a lo que aquí puede costar, lo diferente es no solo el lugar o la historia, sino que Raami el hijo de la autora tuvo a bien dedicármelo.
"Indiana Jones y la última cruzada", una de las películas más taquilleras de Spielberg, rodada allí, no le hace gala. La realidad supera la ficción y Petra ha sido sin duda uno de los puntos fuertes de nuestro viaje y merece un capítulo aparte con más detalle para que puedas ver sus maravillas y tener referencias si decidís viajar a Jordania y visitar la ciudad rosa.
Aquí os dejo una pequeña guía con fotografías y referencias de la mayoría de lugares que visitamos en la ciudad rosa de "Petra":
* Bab Al Siq
* Siq - El desfiladero
* Al Khazneh - El Tesoro
* El Teatro
* Las Tumbas Reales
* Tumba de la Urna
* El Ninfeo
* El Gran Templo
* Qasr Al-Bint
* Ad Deir - El Monasterio
La mayoría de alojamientos próximos a Petra están en la ciudad próxima de Wadi Musa. Nosotros pasamos dos noches en el Hotel Petra Panorama, que está construido a las afueras en una ladera y tiene unas vistas privilegiadas sobre las montañas de Áqaba y el valle de Petra con unos amaneceres y atardeceres de impresión.
Petra, la ciudad rosa del desierto, está a poco más de cuatro horas en coche desde Ammán y merece como mínimo un día completo para su visita. Puedo deciros que hicimos ese día más de 25 km a pie para recorrerla en su totalidad hasta llegar a Al-Deir (el Monasterio) y volver. Agua, protección solar, un buen sombrero y calzado para recorrer la ciudad fundada por los nabateos en el siglo IV a.C. donde se han registrado más de 800 lugares en las que se incluyen 500 tumbas.
En el Centro de Visitantes podéis haceros con un mapa gratuito con una breve historia de la ciudad antigua de Petra en español y comprar vuestras entradas. A partir de ahí tres kilómetros al corazón de la ciudad. Nosotros recorrimos completo el sendero principal con los lugares más significativos, parando a comer un picnic en uno de los varios restaurantes de su interior. Puedes elegir el modo en que recorres Petra y puedes hacerlo por tramos en caballo, calesa, camello o a pie, esta última opción es la más económica, la más cansada y la que nosotros elegimos.
Los nabateos tenían la costumbre de enterrar a sus difuntos en tumbas intrincadas que tallaban en las laderas de las montañas del desierto, pero la ciudad también tiene templos, un teatro, edificios de la época romana y bizantina, iglesias, etc. Toda una maravilla que merece conocer a fondo y que hará que tus "7 días a Jordania" sean inolvidables.
Algunos recuerdos han vuelto conmigo y en este lugar, al igual que hice en Las Ruinas de Troya, pude comprar un libro con historia. En una de las cuevas que los beduinos ocupan como pequeñas
tiendas, un hombre nos ofreció el libro "Casada con un beduino" de Marguerite van Geldermalsen.
Aquel hombre resultó ser el hijo del matrimonio de la autora con un beduino que conoció durante su visita a Petra y motivo del libro. El precio era similar a lo que aquí puede costar, lo diferente es no solo el lugar o la historia, sino que Raami el hijo de la autora tuvo a bien dedicármelo.
"Indiana Jones y la última cruzada", una de las películas más taquilleras de Spielberg, rodada allí, no le hace gala. La realidad supera la ficción y Petra ha sido sin duda uno de los puntos fuertes de nuestro viaje y merece un capítulo aparte con más detalle para que puedas ver sus maravillas y tener referencias si decidís viajar a Jordania y visitar la ciudad rosa.
Aquí os dejo una pequeña guía con fotografías y referencias de la mayoría de lugares que visitamos en la ciudad rosa de "Petra":
"Guía de Petra" |
* Bab Al Siq
* Siq - El desfiladero
* Al Khazneh - El Tesoro
* El Teatro
* Las Tumbas Reales
* Tumba de la Urna
* El Ninfeo
* El Gran Templo
* Qasr Al-Bint
* Ad Deir - El Monasterio
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4 comments
Me encanta, es un lugar al que volveré
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Es un país increíble con muchas cosas que ver y conocer. Saludos.
EliminarUna información excelente, lástima no haberla encontrado antes de mi viaje que aconteció a primeros de octubre.
ResponderEliminarMuchas gracias. Espero que Jordania te haya gustado. Es espectacular. Aman, Petra y Wadi Rum, lo que más me gustó.
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