La primera vez que observé este graffiti fue desde la "Ciudadela de Amán" durante el "City Tour" a la ciudad en mi último viaje de "7 días en Jordania". Desde el mirador del templo de Hércules se podía ver entre la maraña de edificios blancos, grises y color tierra de la ciudad, un enorme mural en una de sus paredes. Sus dimensiones y su fondo negro resalta entre los colores claros de los bloques de viviendas.

Al descender de la Ciudadela, de camino al Teatro romano de Amán, tuve la oportunidad de fotografiar la obra más de cerca. Me llamaba la atención por representar una imagen de doble rostro, una cara mitad mujer, mitad hombre, que despertó enormemente mi curiosidad. Alguna poderosa razón debía estar detrás de la elección de ese motivo en una ciudad como esta. Al llegar a casa y buscar información, se confirmó el interés y el propósito.

Jordania es un ejemplo de lucha feminista árabe. El camino para la igualdad es muy largo y la sociedad con su perseverancia va consiguiendo poco a poco pequeñas conquistas sociales que están contribuyendo a cambiar la situación de la mujer jordana. Hace solo unos años se modificó la Ley para que el matrimonio solo se produjera después de los 18 años. Los derechos civiles y las condiciones laborales y educativas van siendo más igualitarias.

La familia real hachemita trata de reflejar una imagen de la mujer jordana como mujer capaz, independiente y emancipada. La reina Noor y la actual reina Rania se encargan en este terreno de trabajar con asociaciones que defienden los derechos de la mujer para mostrar al mundo occidental una cara más amable de la mujer jordana, pero queda mucho todavía para que la realidad cumpla esos criterios. Como en muchos otros lugares, la lucha por la Igualdad, continúa.