Marguerite Van Geldermalsen es una Neozelandesa que en los años 1970 visitó "La antigua ciudad de Petra" junto con una amiga, como tantos otros turistas. Conocieron a Mohammad, un sonriente y guapo beduino jordano que se ganaba la vida vendiendo y haciendo de guía para los turistas, quien les ofreció conocer su forma de vida. Aceptando su hospitalidad, las dos amigas vivieron la aventura de pasar la noche en una cueva. Así comenzó la historia.

La joven Marguerite se enamoró y se quedó con él durante toda su vida. Una mujer moderna y decidida que vivió intensamente el contraste cultural entre Nueva Zelanda y Jordania, y después lo  plasmó en este libro, "Casada con un Beduino". La vida de Marguerite es algo más que una historia de amor verdadero. Es un ejemplo de tolerancia y comprensión, un compromiso de integración con la comunidad y la vida local a pesar de las distancias culturales, lingüísticas, religiosas o ideológicas. 

Al día siguiente son invitadas a asistir a una boda tradicional jordana, una suerte que como a mí me sucedió en la "Boda en Nepal", te sumerge en su mundo de una manera intima y rotunda. Es durante esa ceremonia cuando el amor les abraza. Nos cuenta en el libro de una forma simple y directa como era su vida cuando se casó llegando a tener tres hijos, viviendo en una cueva sin electricidad, agua corriente o baño, aprendiendo a hacer pan y las costumbres de un pueblo más primitivo con la barrera del idioma entre ellos.

En el viaje de "7 días en Jordania", visitamos la ciudad antigua de Petra y nuestro guía, Sayel, nos recomendó conocer un pequeño puesto en el lado derecho de la Avenida de las Fachadas en la conocí a "Raami" que en la actualidad regenta el punto de venta como antes hizo su madre y autora del libro "Casada con un Beduino". Al igual que ya hice en otros de mis viajes, como por ejemplo en "Troya Canakkale" cuando me traje firmado por Hasan Aslan, el padre del autor, el libro "Troya, ciudad de Mitología y Arqueología".

Después de unas sonrisas compre una copia del libro como recuerdo que en la actualidad leo volviendo a pisar con sus letras del libro esa maravillosa "Ciudad antigua de Petra" donde Marguerite y Mohammad vivieron.