Excmo. Sr. Ministro de Justicia
Sr Ministro:
Mi nombre es Inocencia Zofio Cajal, Tengo 103 años y vivo en el nº 9 de la calle Bailén, cuarto piso, de Madrid en compañía de una hija pensionista que me cuida.
El Motivo de mi atrevimiento en enviarle estas líneas es la situación de miedo e indefensión en la que me encuentro tras la resolución, a mi parecer inconcebible, de un juez que ha decidido echarnos a la calle a mi hija y a mí y a otros vecinos octogenarios y también con pequeñas pensiones.
Nuestro único delito para que se haya dictado ésta resolución fue la de alquilar un piso hace más de setenta años a una persona, que al morir hace ocho años, no dejó herederos y que por lo tanto toda la casa donde habitamos, pasó a manos del Ministerio de Hacienda quien ha visto, al parecer, que unos jubilados no son lo suficientemente interesantes para hacer negocio ya que no pudimos comprar el edificio por la millonaria oferta que nos hicieron y que aliado a los mecanismos de una justicia contra la que los ciudadanos no tenemos posibilidad ni económica ni técnica de enfrentarnos, han decidido desahuciarnos.
Sr Ministro, a pesar de estar a la espera de una vista en la Audiencia Nacional, el juez D. Jesús Antonio Broto Cartagena ha decidido adelantarse a la sentencia y nos ha condenado a salir de nuestras casas en el plazo de treinta días y además a abonar una cuantiosa multa inalcanzable para nuestros pequeños ingresos de pensionistas.
Ante todo esto yo le comunico que no me voy a ir. Ya no tengo fuerzas para ello y si Vd. no puede hacer nada para evitarlo, esperaré a mirar a los ojos de los guardias que me envíe para que ejecuten una sentencia que no se si técnicamente será correcta pero que humanamente les llena de infamia.

Barracones donde se apiñaban varios cientos de prisioneros. En un primer momento eran de ladrillo, pero con el tiempo y la necesidad de ampliar su número se utilizó madera y construcciones tipo caballerizas que no eran cerradas, permitiendo el paso del agua, la nieve y el viento.

Existe el peligro de que la intolerancia y el odio se abran camino de nuevo. Parece que las nuevas generaciones no perciben esa parte de la historia como propia e incluso niegan en algún modo su existencia. La educación en el recuerdo de las víctimas y el conocimiento de la verdad de lo que pasó y las consecuencias que ha tenido me parece la única manera de cumplir la frase con la que comenzaba el artículo "Quien olvida su historia está condenado a repetirla".

Esta frase se encuentra a la entrada del pabellón nº 4 del campo de exterminio Auschwitz I. Quizá es la frase más conocida del escritor español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás. "Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo"

Casi 14 kilómetros de longitud tenían las vallas y alambradas electrificadas en los campos de exterminio Auschwitz I y Auschwitz II - Birkenau.

En el bloque nº 4 aún quedan restos de pelo de las víctimas del campo y rollos de tela de crin (crinolina) realizados con ellos. Aprovechaban hasta el cabello humano en sus fábricas textiles. El desprecio a la dignidad de las personas y los seres humanos alcanzó límites que aún ahora parecen impensables. *

Os dejo algunas fotografías más tomadas durante nuestro visita y recorrido en Auschwitz I y Auschwitz II - Birquenau (1) y además un eBook que podéis descargar y compartir gratis.

El final del recorrido. Una vía muerta en el Campo de exterminio nazi de Auschwitz II - Birkenau. Al final de la vía se distinguen los árboles donde estaba la plataforma de descarga, las cámaras de gas y los hornos de incineración.

"...los piojos, la sarna, la falta de agua, no eran lo peor. Quedaba una pesadilla más... No puede callarse el tormento de todos los días, asqueroso y repugnante, al que contribuían los retretes. ... Por en medio se extendía una percha de hormigón, o un banco, provisto de dos filas de aberturas. En los extremos los pozos negros, que estaban sin cubrir situados al nivel del suelo, de los que de vez en cuando el "Scheibkommando" (pelotón de la mierda) sacaba el contenido. Un retrete daba servicio a varios miles de mujeres.... (De las memorias de una prisionera política polaca, Zofia Kossak-Szczucka, escritas durante la Guerra. *

Sala del crematorio, que se encontraba inmediatamente después de la primera cámara de gas organizada a finales de 1941 en Auschwitz I.

De las memorias de un SS de la Gestapo del campo, Pery Broad: "Junto a una muralla de piedra, en el patio del bloque 11, se había levantado una pared negra. Dicha pared que constaba de tablas de aislamiento negras, se hizo la última piedra biliar de la existencia de miles de personas inocentes: patriotas que no querían traicionar a la Patria a cambio de provechos materiales; prisioneros que habían logrado escapar del infierno de Auschwitz, pero la suerte amarga quiso que fueran prendidos... *

Auschwitz II - Birkenau. La vía muerta de ferrocarril que unía la entrada y la plataforma donde se recibían los transportes de los prisioneros y deportados. Este era el punto más cercano a las cámaras de gas y los crematorios que fueron destruidos por los SS al retirarse.

Esta es la puerta por la que las prisioneras salían a trabajar cada día fuera del campo Auschwitz II - Birkenau. Esclavas hasta que morían.

...un informe secreto del jefe de la oficina General Económica y Administrativa de la SS, Oswald Pohl, de 2 de febrero de 1943, sobre el envío desde los campos de Auschwitz y Maidanek, deja claro que todos la ropa o calzado sustraídos a las víctimas del exterminio, se enviaban a Alemania para su utilización.

Los presos eran despojados de cualquier bien, incluyendo las prótesis médicas que les eran absolutamente necesarias. Las personas con cualquier tipo de discapacidad eran inmediatamente gaseadas e incineradas. Los objetos eran enviados a Berlín en tren junto al resto de bienes intervenidos por la SS.

"...Todo el equipaje tiene que quedarse en la plataforma de descarga. A los prisioneros se les explica que luego será transportado por camiones. Eso es cierto, sólo que ninguno de los prisioneros jamás verá nada de su propiedad, todo se irá a las cajas fuertes, almacenes y cocinas del mando de la SS. Los bolsos pequeños con lo más indispensable, lo perderán después, en el momento de la recepción al campo" *

El 19 de julio de 1943, se realizó en el campo durante una revista, una ejecución pública en una horca colectiva levantada especialmente para este propósito. Fueron ahorcados entonces 12 prisioneros políticos polacos, sospechosos de prestar ayuda a tres fugitivos y mantener contactos con la población polaca que vivía en los alrededores. A pesar de que un número muy alto de prisioneros fueron testigos de dicha ejecución, en las actas de fallecimiento expidas por el Registro Civil del campo se puso una causa de muerte falsa: "Plötzlicher Herztod" (un ataque repentino de corazón). *

En los distintos bloques de Auschwitz I, existen paneles explicativos. En este caso se observan las redadas en las calles de Cracovia y otras ciudades de Polonia y las zanjas del campo donde depositaban los cadáveres para hacerlos desaparecer.

Exposiciones en los pabellones de Auschwitz I.

El libro:     AUSCHWITZ.  RESIDENCIA DE LA MUERTE

Editorial:     Bialy Kruk

Josef Mengele fue el responsable de los criminales experimentos genéticos usando prisioneros del campo de Auschwitz. Sus practicas no tuvieron nunca en consideración la salud, la seguridad o el sufrimiento físico o emocional de sus víctimas. Realizó experimentos mortales con los prisioneros y colaboraba en su selección para ser ejecutados en las cámaras de gas. Se le conoció como el Ángel de la Muerte.

Nota de la Redacción: 

        Entregamos en las manos de los lectores un libro sobre el KL Auschwitz que contiene tanto materiales de archivo de la época del funcionamiento de aquel campo, como fotografías contemporánea que presentan los restos del mismo.

        El material de archivo en forma de documentos y fotografías procede, sobre todo, de la colección del Museo Estatal Auschwitz-Birkenau que después de la Guerra se ocupó de la conservación de las huellas de los crímenes de los nazis, así como de la conmemoración del martirio y la muerte de sus víctimas. Los documentos de archivo presentan el terreno del antiguo campo y sus instalaciones de los años 1940-1945 y, lo que es más importante, la suerte de los deportados a Auschwitz. Tanto de ésos que inmediatamente después de llegar fueron matados en las cámaras de gas, como de aquéllos quienes fueron sentenciados a trabajo de esclavos y a muerte en el campo de concentración.

        Las fotografías contemporáneas son obra de un artista conocido, Adam Bujak, que desde hace años pertenece a la vanguardia de los fotógrafos polacos. Presentan el aspecto actual de los terrenos del antiguo campo que están dentro de las fronteras del Museo. Enseñan tanto los restos del campo conservados en su estado original y parcialmente en forma de ruinas, como otras pruebas y huellas de los crímenes del inhumano sistema totalitario. Presentan lo más importante, lo que distingue al Museo de otras instituciones parecidas del mundo: el terreno original en que sucedió el crimen más grande del siglo XX - el Holocausto. "La tierra en que los que más están presentes son los difuntos" - tal y como definió terreno de Auschwitz Henry Moore, un escultor inglés conocido.

        El material iconográfico presentado en el libro se completa con fragmentos de textos clandestinos, escritos sobre todo por prisioneros que permanecieron en Auschwitz. Unos de estos textos fueron enterrados en el terreno del campo y descubiertos después de la guerra, otros en forma de cartas o comunicados, salieron de contrabando por vías secretas fuera del campo ya durante la Guerra. Algunos fragmentos de los textos provienen de relatos, informes y recuerdos de prisioneros escritos después de la fuga del campo. Asimismo, se han insertado descripciones de aquellas escenas y hechos que pudieron ver, conocer y transmitir sólo sus autores, es decir, los SS de la guarnición del campo. Proceden de sus recuerdos escritos inmediatamente después de la Guerra, en la época en que estuvieron en campos de internamiento o cárceles.

    Abrigamos la profunda esperanza de que la lectura de este libro contribuya a consolidar los conocimientos y la memoria de millones de las víctimas del "nuevo orden" nazi.

    Ojalá cada uno de nosotros, independientemente del lugar que ocupa en la sociedad, emprenda los intentos, esfuerzos y acciones para que el mundo sea un lugar donde se pueda vivir en paz y en tranquilidad, respetando y aceptando a los demás.