Aparezco
a estas alturas de verano con mi quinto libro de la temporada “La
vieja sirena”, otra vez, de José Luis Sampedro. Por la pinta que
tiene muy posiblemente lo finalice en pocos días.
Katia me lo recomendó después de conocer que yo acababa de leer “la
sonrisa etrusca” y que me había encantado y aunque llevo leídas
unas ciento cincuenta páginas de este extenso libro, puedo ya decir
que ni Katia ni Sampedro se equivocan, el libro está genial.
Me
gustan los viajes, me gusta la novela, la narrativa... pero sobre
todo me gusta el amor y la magia y de eso este libro está lleno y en
cada una de sus páginas te envuelve.
Una
historia de amor casi divino, que juega con el destino de los amantes
y les une más allá de la muerte y de la vida en un lugar exótico y
terrible a la vez, despiadado y encantador; Egipto, Alejandría, en
el siglo
III d.C. una mujer misteriosa de origen desconocido que conoce a dos
hombres con los que su destino cambia radicalmente: Ahram, el
Navegante, un hombre de acción, y el filósofo Krito, filósofo y
con el don de la palabra, hombre y mujer al mismo tiempo.
El
enorme trabajo de documentación, los detalles contados en el libro
por Sampedro pueden hacer pensar que hubiera vivido en aquellos
tiempos, la narrativa te hace viajar y te traslada a esos lugares mágicos.
Sigo
leyendo.... 8. ALEJANDRÍA “¡El faro! Ahí al otro extremo de la
isla, apenas a ocho estadios. La portentosa columna de mármol con su
fanal cilíndrico en lo alto, visible sobre las palmeras del patio de
las mujeres, alzándose hasta las nubes como para sostener el cielo.
Sombrío por la mañana a contraluz de levante....”