Esta felicitación está realizada sobre una fotografía tomada con mi Nikon D850, esta misma mañana en el Parque Lineal de Butarque. Un espacio verde de Leganés que acariciado por el sol me dio la idea y aunque un poco meloso el mensaje, aquí lo tienes con mis mejores deseos. Todas y todos tenemos nuestra felicidad dependiendo en gran parte de los demás, de todos aquellos a quienes amamos.
Felices fiestas y si te gusta, no lo dudes, comparte.
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La Navidad y la iluminación especial de Madrid es un buen reclamo para visitar de nuevo el centro de la ciudad. Si a eso añadimos que la Gran Vía ha ganado espacio para los peatones garantizando la seguridad de los peatones y compatibilizando la circulación de servicios públicos y residentes. Desde luego la visita a esta zona de la ciudad es mucho más agradable.
Parece que las aceras de la Gran Vía de Madrid serán ampliadas en el primer trimestre del 2018 cambiando la configuración totalmente, pero eso será para las Navidades que vienen. En estas, la iluminación especial de Navidad desde las seis de la tarde convierten esta maravillosa ciudad en una telaraña de luces que recorren las calles del centro. No te lo pierdas.
Aquí te dejo algunas fotografías con mi nueva Nikon D-850 y el inseparable objetivo total Nikon 24-70mm durante mi paseo por la Puerta del Sol, la Gran Vía, Preciados, Cibeles o Recoletos. Por supuesto el alumbrado especial de navidad ocupa más espacio en árboles, calles y lugares públicos como la calle Atocha, el Matadero, las Juntas de Distrito, Fuencarral, Alcalá, Serrano, La Plaza de España, Callao, Colón, etc. Un buen paseo para fotografiar Madrid en Navidad.
Aprovecho desde aquí para desearte unas muy Felices Fiestas. Tanto, que tus ojos brillen como el alumbrado navideño de Madrid.
El bosque del sueño (Poema y fotografia)
By Fco. Cecilia - sábado, diciembre 09, 2017
El bosque del sueño
Las dos manos que abandoné
Me acompañan como una luna.
De día se perfilan
como árboles en el camino
Y cuando en la noche corren las aguas de la imaginación
Me preceden hacia el bosque del sueño.
Las dos manos que abandoné
Se abren como mariposas dentro de mis ojos.
ABDO WAZEN
en el VIAJE A MARRUECOS
Ya estuvimos 4 días en Marrakech hace solo un año y nos enamoró. Ahora en esta ocasión vamos a realizar una bonita ruta por cinco nuevas ciudades, visitando en el camino un llamativo enclave romano.
Un buen viaje a Marruecos con la Nikon D850 que me dará la oportunidad de probarla a fondo. Como es normal, las fotografías que encuentres en estos artículos del viaje, son con esta bestia de Nikon.
Este viaje de cinco días se convierte en una magnifica ruta que iniciamos en Fez para seguir hacia Meknes con una parada anterior en el poblado romano de Volubilis, para continuar con parada en Chefchaouen, Assilah y finalmente Tánger desde donde volamos de vuelta a España. Cada noche en un lugar y la ruta en autocar. Marruecos nos descubre su arquitectura, su gastronomía, sus colores y sus mezclas entre lo español y lo bereber, Medinas, fortificaciones, ruinas romanas, sus gentes, sus bulliciosos zocos y sus puestas de sol, vuelven de nuevo a enamorarnos.
Esta vez el viaje fue en grupo. Una aventura distinta que nunca antes habíamos probado desde las salidas de clase en el instituto y que tiene sus partes buenas y no tanto. Poner en marcha y organizar un grupo de 38 personas tiene su aquel y María la organizadora y nuestro guía Jonas, debieron implicarse muy a fondo. Las risas y la buena gente inclinan la balanza hacia el positivo de forma clara. Desde aquí un abrazo a todos esos corazones viajeros "TraveLovers" y por supuesto a mis compañeras inseparables con las que iría al fin del mundo sin dudar, Ana y Merche.
Os dejo una fotografía del grupo en Volubilis, jajajaja, creo que nunca nadie fue capaz de volvernos a juntar, si descontamos los momentos en el transporte en autocar y avión, tuve que correr para entrar en la foto. 😅
Para no perdernos, aquí tenéis My Maps.
Esta vez el viaje fue en grupo. Una aventura distinta que nunca antes habíamos probado desde las salidas de clase en el instituto y que tiene sus partes buenas y no tanto. Poner en marcha y organizar un grupo de 38 personas tiene su aquel y María la organizadora y nuestro guía Jonas, debieron implicarse muy a fondo. Las risas y la buena gente inclinan la balanza hacia el positivo de forma clara. Desde aquí un abrazo a todos esos corazones viajeros "TraveLovers" y por supuesto a mis compañeras inseparables con las que iría al fin del mundo sin dudar, Ana y Merche.
Os dejo una fotografía del grupo en Volubilis, jajajaja, creo que nunca nadie fue capaz de volvernos a juntar, si descontamos los momentos en el transporte en autocar y avión, tuve que correr para entrar en la foto. 😅
Para no perdernos, aquí tenéis My Maps.
Marruecos es un país que nos transporta a un mundo de colores, olores y sonidos distintos, ritmos nativos en sus medinas, los bullicios de los zocos, las llamadas a la oración o sus sabores naturales con la fruta y las comidas en sus puestos. En definitiva, hay un sinfín de razones para hacer un Viaje a Marruecos y quedar maravillado con la solemnidad de sus templos de culto, la frescura de sus poblados bereberes o los silencios de la noche.
Desde Fez, hasta las faldas de la cordillera del Rif con sus pequeñas casas de un blanco deslumbrante y un azul de sueño, pasando por las playas de Assilah en el Atlántico o la ciudad más moderna de Tánger, este viaje ha supuesto una nueva mirada a África, un continente y un país, Marruecos, muy cercano a nosotros y desconocido para muchos.
COMENZAR EL VIAJE .... ✈ Fez
Equipo fotográfico:
Cámara: Nikon D850
Objetivos: Nikon 14-24mm f/2.8
Nuestro encuentro ha sido fugaz, casi una prueba deportiva de marcha con punto de partida y llegada en la Avenida Mohamed VI junto a la entrada al puerto antiguo, lugar donde nos deja el autocar cuando llegamos desde la bonita población de Assilah. Desde allí, sin prisa pero sin pausa comenzamos a subir en dirección a la Medina y su punto más alto, la Kasbah, para después bajar de nuevo recorriendo las murallas. Estamos en la ciudad de Tánger a orillas del Mediterráneo.
Al llegar, observamos con claridad que se trata de una enorme ciudad en desarrollo y contrastan enormemente sus construcciones modernas que parece que crecen de forma desenfrenada, con su casco antiguo o medina que arranca desde el puerto colina arriba y que será el único lugar que podremos visitar a pie, apremiados por la salida de nuestro avión de vuelta hacia Madrid.
Tánger, la ciudad blanca, es nuestra última parada en este viaje a Marruecos Norte. Un mítico inicio dice que esta población colmada de mitos y leyendas fue fundada por Anteo, hijo de Neptuno, quien puso a la ciudad el nombre de su mujer Tingis. Si ha contado con algún momento de tranquilidad, debió ser ese porque después ha sufrido las invasiones de Cartagineses, Vándalos, Fenicios, Romanos, Árabes y europeos, entre estos últimos los españoles por supuesto, los franceses, ingleses y portugueses.
Sin duda, tanta necesidad de defensa hacia el mar, es lo que determina esas poderosas murallas y torreones que custodian su Medina y esa infinidad de callejuelas construidas en la colina.
Por ese motivo y no podía ser de otro modo, nuestra primera parada al acceder a la zona antigua fue en la Terrasse Borj al-Hajoui, en la Plaza de Faro, donde vemos varios cañones de origen portugués y unas bonitas vistas sobre el puerto y el estrecho de Gibraltar.
Después de tanta invasión, desde la época colonial Tánger se ha convertido en inspiración para generaciones de artistas y ha sufrido algunos cambios adecuando sus antiguos edificios y callejuelas a un carácter más cosmopolita. Accedemos por el Boulevard Pasteur y vamos viendo sus calles, balcones y edificios muy variados. Cafés con terrazas tranquilas desde las que se ver pasar a los miles de viajeros.
Un anciano sentado en un pequeño café nos señala un edificio con una pequeña entrada en el que se observan algunos obreros rematando y nos invita a visitarlo mientras nos dice "Palacio bonito, muy bonito, podéis pasar". Algo temerosos por la situación nos atrevemos a cruzar la pequeña puerta y nos quedamos sorprendidos de lo que escondía. Hall, salones, escaleras, lamparas, un patio interior y una estructura con una decoración árabe exuberante. Estábamos en el interior del "Palais Zahia" que pocos días después inauguraba y abría por primera vez sus puertas como hotel-spa. Si algún día vuelvo a Tánger no dudaré donde alojarme.
Muy cerca y siguiendo hacia arriba, encontramos el Gran Teatro Cervantes, pequeñas mezquitas y edificios u balcones llamativos y variados, pequeños cafetínes, tiendas y pensiones. Poco a poco las calles van siendo más estrechas hasta que nos encontramos en lo más antiguo y laberíntico de la ciudad. Especial atención requiere la Plaza del 9 de abril de 1947 donde se encuentra el Gran Zoco y por lo tanto el mercado y gran parte del ajetreo de la ciudad.
La Kasbah es el lugar donde más tiempo invertimos. Entramos por su puerta principal llamada Bab el Assa o puerta de los centinelas donde al parecer se torturaba y ejecutaba a los presos. Cuando nosotros entramos estaban rodando un culebrón y los extras estaban en el rato del bocadillo, la estampa era singular. Por esa puerta accedimos al Museo de la Kasbah, antiguo Dar el Majzen o Casa de la gobernación.
El museo tiene horario de visita y debimos esperar a las diez de la mañana, en el interior las señoras de la limpieza aún realizaban su trabajo mientras algunos turistas muy madrugadores como nosotros paseábamos por el antiguo palacio del sultán fundado por Moulay Ismail en el siglo XVII. Los patios porticados y sus columnas de mármol y arcos revestidos de azulejos son espectaculares y sirven de paso a muchas otras estancias y salas museo. Los techos de madera de cedro y paredes de estuco del palacio son muy bellos y le han dado fama mundial. Pudimos ver piezas de arte marroquí, antigüedades y piezas arqueológicas de enorme valor.
Después de pasear un rato por los jardines del Palacio comenzamos la bajada hacia el puerto accediendo a las murallas por la Puerta de Bab el Bahr o Puerta del Mar que se abre hacia la bahía y sus fuertes Borj el Hadjoui y Borj el Mosra que aún apuntan sus armas hacia el posible enemigo. Ya desde abajo a nivel del mar y volviendo hacia nuestro autocar disfrutamos de las excelentes vistas sobre el nuevo puerto y vimos la fortaleza de Borj el-Baroud que dejamos a la espalda despidiéndonos de Tánger.
Otros lugares sin visitar obligan a volver a Tánger con más pausa: La mezquita de Sidi boy Abid, la Iglesia Anglicana de St Andrew, el Parque de la Mendubia, souk Dakhil o el zoco chico, el Café de París, la Rue des Siaghins o calle de los plateros, la Iglesia de la Purísima Concepción, el Palacio de Dar Niaba, la Legación de los Estados Unidos de 1821, el Museo de la Fundación Lorin, la Gran Mezquita, la plaza de los Aisauas, la calle de las sinagogas (Cheikh el harrak), la famosa perfumería Madini y muchos otros.
Hemos llegado al final de nuestro viaje a Marruecos Norte y mi Nikon D850 vuelve repleta de recuerdos de este precioso país al que espero volver. Ha sido un placer compartir esta pequeña aventura con el grupo TRAVELOVERS al que desde aquí envío un fuerte abrazo.
Saludos, buen viaje y buenas fotos a tod@s.